Son numerosos los estudios que resaltan una disminución del riesgo de fractura en sujetos de ambos géneros que superan la barrera de los cincuenta años de edad y participan en programas de actividad física.
La combinación del ejercicio aeróbico y anaeróbico (caminar a paso ligero, senderismo, subir escaleras, trotar, levantar pesos, realizar multisaltos, saltar la cuerda, entre otras contenidos) puede lograr mantener y mejorar el pico de densidad osea de manera importante.